Las probabilidades de tener una trabajo que no es el idóneo son altas. Sin embargo, aunque nos permita mantener nuestra vida, nos produce sensaciones de apatía, malestar y desesperanza. Merece la pena pararse a analizar las consecuencias de tener un trabajo equivocado e intentar ponerle solución.
Hasta que somos conscientes de que el trabajo que ejercemos no nos identifica ni nos hace felices, puede pasar bastante tiempo en el que acumulamos trabajos equivocados.
En muchos de estos trabajos nos vemos frustrados porque nos dedicamos a tareas repetitivas que no nos permiten mejorar ni desarrollar nuestras capacidades.
También puede pasar que aunque tengamos un trabajo que no se ajusta a nuestro perfil profesional nos hace sentir satisfechos.
Si conseguimos un trabajo que nos satisfaga seremos más felices y rendiremos más.
Debemos tomar conciencia de las consecuencias de tener un trabajo equivocado:
- Sensación de no contribuir en nada: se suele experimentar sensación de no contribuir en el entorno laboral, en la sociedad ni en nuestra propia vida. Sensación de pérdida de tiempo que puede repercutir a la hora de buscar un nuevo trabajo. Si nos quedamos fuera del mercado laboral porque estamos estancados será más complicado ser atractivos para otra empresa.
- Mala calidad de vida: al final tener un trabajo que no nos motiva en nada tiene repercusión en nuestro estado de ánimo y en nuestra salud. Es muy frecuente acabar sintiendo estrés y ansiedad, como consecuencia de la frustración. Si nos encontramos de este modo nuestras relaciones personales se verán afectadas y nuestra calidad de vida empeora.
- Sensación de trayectoria profesional estancada: la realidad es que nuestra vida profesional se verá truncada si permanecemos demasiado tiempo en esta situación. Para las empresas y organizaciones no serás un candidato atractivo y demandado.
- Bajada de autoestima: una de las principales consecuencias de tener un trabajo equivocado es una bajada de autoestima considerable.